Con tu punto exacto de
locura, con tu pequeño gran misterio, con tu puerta siempre abierta a la
fantasía, con tu voz tan cercana y real. A ratos cariñosa; otros, arisca o
brutal en tus palabras. Los más, fiel y leal compañera. Horizonte claro en
tiempos oscuros (cuando te escondías detrás de las cortinas invisibles con
acceso imposible para la mayoría sometida), lazo de unión en días rotos por la
incertidumbre, creadora de sueños, acompañante en los desvelos, en las
nostalgias, en las separaciones, en las cercanías. Entrañable, querida. Mi
gorrión de cabecera. Tan imprescindible en cualquier momento del día o de la
noche como una taza de chocolate con picatostes en los fríos invernales.
Atrevida, mágica, locuaz. Herramienta de ilusión masiva. El personaje de los
personajes. Ilustrada, prudente, insensata. Volátil cuando me hablas de la
historia de otros seres de los que huyes en mi presencia. Mudable según el
punto del dial en que te escuche. Tú decides las formas, el tempo, la canción o
el poema, el kilómetro en el que hemos de parar a tomar café. Sí respondo, o
no, cuando llaman a la puerta. Con tu punto exacto de locura. Que siempre
armoniza con el mío.
2 comentarios:
Qué buenos momentos nos hace pasar...
Besotes!!!
También es mi amiga del alma !!
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