ojos


domingo, 21 de diciembre de 2014

SOBRESALTOS EN EL PACO RABAL

¡No podía faltar a mi cita con el barrio! Vallekas es humilde.  Mis versos, también. Pero mis versos brotan de manantial vallekano... con el permiso de don Antonio, el maestro de Sevilla. 
Rodeada de auténticos genios de la literatura y de la amistad estuve el pasado jueves 18 de diciembre en el aula del Centro Cultural Paco Rabal, donde el Colectivo Poekas reúne todos los meses a un manojo de soñadores. Presenté mi poemario "Sobresaltos", de la mano de mis compañeros, GRANDES y PoeKas, apoyada por mi editora Lidia López Miguel (Lastura) y rodeada de mis más queridos familiares y amigos. Ellos saben quiénes son. No necesitan que los nombre. Quiero agradecer especialmente su presencia a mi admirada
Elvira Daudet, poeta, periodista y maestra de las letras, de quien tanto he aprendido en los últimos años.
He dejado para el final a mi compañero y presentador del evento, José María Barbot. Sobrio, sencillo, entrañable y gran poeta, preparó con ingenio, creatividad y empaque, un prólogo a mi recital "con retales de mis versos" como dijo él, que dio un colorido diferente a lo que vino después. Y lo que vino, fue un maravilloso acompañamiento a la guitarra por parte de Jorge García en alguno de mis poemas más significativos. Entre todos, leímos algunos poemas y entre todos dejamos aparcados por unos minutos los otros sobresaltos. ¡Gracias PoeKas por hacerme feliz!




Como estamos en fechas que se dicen "navideñas", os traigo unos versos titulados:

ILUSIÓN COLECTIVA
(versos navideños)

El periódico anuncia que es nochebuena;
las guirnaldas de colores,
la copa de vino,
el vaso vacío tirado en la acera;
el árbol danzante con bolas rojizas,
la mano que pide limosna en el metro,
lo proclaman con voz entrecortada.
El periódico cuenta que hay un niño nuevo,
que hay un niño pobre dentro de un portal;
que hay pobre rico jugando a la Bolsa,
que hay un sabio pobre sentado en un banco
con un libro abierto
por la página de los deseos inalcanzables.
El periódico escribe que es no bueno sonreír para la salud,
que los pastores de Belén dormitan sobre el río,
que los peces ya no tienen sed,
que el portal y los peces y los pastores
han perdido la estrella con el recibo de la luz.
El periódico dice que hoy es nochebuena,
o nochemala,
aunque todas y cada una de las horas del año
deberían ser nochebuena
o nochemejor.
Si el periódico lo escribe
si tus ojos y los míos lo leen,
si todos los pensamientos del mundo lo saben
¿a qué espera el pobre rico que juega a la Bolsa
para aprenderse el periódico de memoria,
para salir a la calle y encender las bombillas
de todos los rellanos de las escaleras,
de todos los árboles de las calles oscuras?
El periódico sabe que hoy no es Nochebuena,
pero que puede serlo,
si dentro de un momento,
de miles o millones de momentos,
el vaso vacío, el árbol danzante,
la mano que pide limosna en el metro
vuelven a sentir la Navidad
con solo leer en voz alta
el mensaje que transita por estos versos.