No, no hablo de un escenario teatral; aquí no hay entramado, ni telón, ni focos, ni proscenio, ni platea... lo que voy a mostraros es el día a día de uno de los seres cuadrúpedos más curiosos, enigmáticos, independientes, cariñosos, tranquilos, elegantes y muchos etcéteras, que pueblan nuestro planeta: EL GATO.
¿Sabéis que en el cerebro de los gatos hay zonas que se relacionan con las emociones, al igual que ocurre en el ser humano?
De la temática en la entrada de hoy es casi por completo responsable mi amiga Lídia, quien desde su blog "Cafés en solitario" me animó a seguir su ejemplo. No he podido resistirme. ¡Y Kafeto tan contento!
Gatos y cajas, escondites y gatos componen unas parejas de baile con una armonía y un ritmo tan singulares que lo mejor es dejarse llevar por la inercia de sus pasos y por la cadencia de sus espectaculares y sincronizadas figuras estilísticas.
Juguemos, pues, al escondite. Kafeto nos muestra cómo.