Al
sol de la tarde
la ropa presume de ser
funambulista.
Sin red. Sin quitamiedos.
De ventana a ventana
la piel desnuda
se torna coraza de nube
y lanza su grito indomable
por los cielos de Vallekas.
Mezclan su sangre
algodones de todos los colores
mientras corren al fondo
en busca de nuevos aliados.
Sombra y sol parecen uno.
Sin red. Sin quitamiedos.
.
2 comentarios:
Me encanta!
Besotes!!!
Estupendo el poema y sugerente la foto.
La ropa tendida (que nunca me ha parecido estética colgada en la fachada principal), "habla" por sí sola y es capaz de inspirar, cuadros, fotos, canciones, poemas...
Hermoso post.
Un afectuoso saludo.
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